31 de octubre de 2012. Madrid. Una fiesta de Hallowen, un concierto en un recinto cerrado. Avaricia y corrupción. Exceso de aforo. 5jóvenes entre 17 y 20 años perdieron la vida esa noche. Nadie es responsable, ningún político dimite y las autoridades competentes no admiten su responsabilidad.
Mi sobrina estaba en aquella fiesta y una de aquellas niñas era amiga suya.Vi por primera vez a mi sobrina despertar de la ensoñación adolescente y confrontar la edad adulta. Se sintió desamparaba frente a una sociedad que no se preocupaba por ella. Como una Alicia (en el país de las maravillas) moderna, es consciente de que las cosas no siempre encajan y ya no se resuelvan por si solas o por la actuación paterna, sino que tiene que encontrar una solución ella misma.
En ese momento yo también fui consciente de la búsqueda de identidad de mi sobrina. ¿Por qué tardaban tanto en madurar los jóvenes de 18 años? ¿Qué les preocupaba? ¿Qué les interesaba? ¿Qué había detrás de toda esa indiferencia? ¿Qué papel estaba jugando la crisis en su desarrollo intelectual y emocional?
Comencé a fotografiar y entrevistar a amigos de mi sobrina y a ella misma, les entrevistaba y les preguntaba por sus deseos y por sus inquietudes.
Me di cuenta que continuaban en un sueño diurno, seguían alimentando el fantasma de lo que ellos consideraban que sería su vida sin querer enfrentarse a la situación actual de nuestro país.
Por esto mismo como si de una súper pantalla se tratase uno sus retratos con lugares abandonados y a medio construir, una metáfora de lo que se ha convertido España, un país al que “se le acabo la fiesta”. Naturaleza y mujeres, continente y contenido.